Los riñones son órganos del tamaño de un puño de la mano ubicados a cada lado de la columna, por arriba de la cintura. Los tubos que se encuentran dentro de ellos filtran y limpian la sangre eliminando los productos de desecho y produciendo orina. El cáncer de riñón se forma en la membrana que recubre los tubos diminutos que están dentro de los riñones.
Casi el 40% de los tumores renales se diagnostican de forma accidental en una ecografía abdominal que se realiza por cualquier otro motivo. Si se detecta precozmente, la tasa de supervivencia es de casi el 95%, ya que se pueden observar desde estadios muy tempranos, cuando la masa de células malignas es aún pequeña.
Este cáncer se hace más común a medida que envejecemos. Los factores de riesgo incluyen fumar, algunas condiciones genéticas y el mal uso de analgésicos por períodos prolongados.
¿Qué síntomas presenta el cáncer de riñón?
El síntoma más frecuente de cáncer de riñónes la hematuria (que se define como la presencia de células sanguíneas en orina), y que normalmente es indolora. En algunos casos puede ser tan abundante que cause cólicos renales por la presencia de coágulos en el interior del uréter.
Se acompaña, además, de un cuadro muy inespecífico de fiebre, anemia, pérdida de peso y síntomas digestivos. El dolor aparece en estadios mucho más avanzados de la enfermedad y suele consistir en un dolor punzante de tipo lumbalgia.
Como justo encima del riñón se encuentra la glándula suprarrenal, en algunos casos también se originan alteraciones hormonales, que son las responsables de síntomas como hipertensión, aumento del calcio en la sangre, aumento de la viscosidad sanguínea y ginecomastia (agrandamiento de las mamas en el varón).
El cáncer de riñón puede extenderse al pulmón, hígado, huesos y cerebro. En algunos casos aislados, la afectación de estos órganos puede ser la primera manifestación clínica.
¿Cuántos tipos de cáncer de riñón existen?
Carcinoma de células renales. Aproximadamente el 85% de los cánceres de riñón son carcinomas de células renales. Este cáncer se desarrolla dentro de los sistemas microscópicos de filtración del riñón, es decir, del revestimiento de minúsculos conductos que se conectan con la vejiga.
Carcinoma de células de transición. También se denomina carcinoma urotelial. El carcinoma de células de transición comienza en la zona del riñón en la que se acumula la orina antes de pasar a la vejiga. Representa del 10% al 15% de los cánceres de riñón en adultos.
Sarcoma. El sarcoma de riñón no es frecuente y se trata con cirugía. Para algunos pacientes puede ser beneficioso combinar la quimioterapia con cirugía, dado que el sarcoma puede llegar a tener un gran tamaño antes de que se descubra.
Tumor de Wilms. Se presenta principalmente en los niños y recibe un tratamiento diferente al del cáncer de riñón en adultos. Este tipo de tumor tiene muchas más probabilidades de responder satisfactoriamente a la radioterapia y la quimioterapia que los otros tipos de cáncer de riñón, lo que ha originado un abordaje diferente de tratamiento.
¿Qué tratamientos existen para el cáncer de riñón?
El único tratamiento que actualmente cura el cáncer de riñón es la cirugía. Existen dos tipos de técnicas dependiendo del tamaño y el estadio de la enfermedad:
La radioterapia no está indicada en ningún caso ya que, en estos tumores, es totalmente ineficaz.
La quimioterapia resulta poco efectiva, especialmente en los pacientes que sufren de la diseminación del cáncer en otros órganos; pero se están investigando nuevos fármacos que podrían suponer un gran avance para el tratamiento del cáncer renal. Entre estos destacan aquellos que impiden el suministro de sangre al tumor, lo que evita su proliferación
Si tiene algún síntoma que le haga sospechar que tiene algún tipo de complicación no pierda tiempo en acudir con su urólogo de confianza, entre más tiempo deje pasar más difícil es curar el cáncer de riñón, además del riesgo de que invada otros órganos.