La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual común, causada por una bacteria. Puede infectar tanto a hombres como a mujeres y causar daños graves y permanentes a los órganos genitales de la mujer.
Toda persona sexualmente activa puede ser infectada con clamidia. Es una ETS muy común, especialmente en la gente joven. Se calcula que 1 de cada 15 mujeres sexualmente activas de 14 a 19 años tiene clamidia. La clamidia se conoce como una enfermedad “silenciosa” porque la mayoría de las personas infectadas no tiene síntomas. Si estos se manifiestan, es posible que lo hagan varias semanas después del contagio.
En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente la estructura que conecta la vagina con la matriz o el conducto urinario. Algunas mujeres infectadas tienen flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. Las infecciones que no se tratan pueden propagarse al útero y a los conductos que transportan los óvulos desde los ovarios hasta el útero, llamados trompas de Falopio y causar enfermedad inflamatoria pélvica. Algunos hombres infectados presentan secreción del pene o una sensación de ardor al orinar. También puede ocurrir dolor e inflamación de uno o ambos testículos conocida como “epididimitis”, aunque esto es menos común. La clamidia también puede infectar el recto en hombres y mujeres, ya sea a través de la penetración anal o posiblemente por la propagación de la bacteria desde el cuello uterino y la vagina. Aunque a menudo estas infecciones no presentan síntomas, pueden causar dolor en el recto, secreción o sangrado conocida como “rectitis”.
Esta enfermedad puede causar daño permanente al aparato reproductor femenino y dolor pélvico crónico, imposibilidad de quedar embarazada y embarazo ectópico que puede provocar la muerte. En las mujeres embarazadas, la clamidia no tratada ha sido asociada con partos prematuros y puede transmitirse al recién nacido, causándole infecciones de los ojos o neumonía. Las complicaciones son poco frecuentes en los hombres. A veces la infección puede propagarse al conducto que transporta el semen desde los testículos, causando dolor y fiebre, pero rara vez hace que un hombre no pueda tener hijos.
La clamidia puede ser fácilmente tratada y curada con antibióticos. La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es abstenerse del contacto sexual o tener una relación estable, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.
Recuerda que si presentas algún síntoma o tienes sospecha de contagio de esta enfermedad, debes acudir con tu médico de confianza para un diagnóstico y tratamiento.